El origen del organillo se pierde en la antigüedad, pero se presume que se invento durante el siglo XVII, en Europa. La vieja tradición musical capitalina de los organillos (cilindros) se encuentra a punto de desaparecer por varias causas: debido a que los cilindros que existen se fabricaron hace cien años se han deteriorado a causa de diversos elementos naturales, como la humedad, el calor, la lluvia, etc.