Amenazas para la práctica de la medicina tradicional

El uso de la medicina tradicional y la preservación de su conocimiento enfrenta ciertos factores adversos que diversos textos mencionan:

• Sistema intensivo de explotación agrícola: montes y ríos han sufrido intervención humana; la cultura tradicional sufre cambios paralelamente.
• La destrucción del medio ambiente natural donde crecen las hierbas influye en que la medicina tradicional se practique menos, porque ya no están a la mano las plantas que se necesitan.
• La deforestación implica la dificultad para encontrar las plantas necesarias y ello conlleva que las nuevas generaciones ya no aprenden a identificarlas.
• Muchos practicantes de la medicina tradicional no dejan sucesor al morir; y ante enfermedades que podrían tratarse relativamente fácil con hierbas, la gente no tiene a quién acudir.
• Las familias suelen tener conocimientos sobre plantas para enfermedades comunes, incluso las cultivan en sus huertos; sin embargo, hay preocupación porque el conocimiento se está perdiendo entre la población joven, que va dejando la práctica y recurre entonces cada vez más a los médicos alópatas de las instituciones de salud.
• La crítica de médicos alópatas de las instituciones de salud hacia la medicina tradicional genera que la gente vaya abandonando la tradición por prejuicio y miedo.
• Los prejuicios contra la medicina tradicional provocan que los propios curanderos decidan no transmitir el conocimiento.
• La migración laboral es un factor que influye fuertemente en la pérdida del patrimonio cultural, la gente entra en contacto con otras culturas y prácticas; fuera de casa, cuando se sienten enfermos recurren a otras terapéuticas.
• Algunas religiones prohíben a sus feligreses el uso de elementos culturales originarios.

Angélica Aguilar Sánchez y Alma Alor Castillo, Manual de medicina tradicional, pp. 15, 17, 18.

Por otro lado, un obstáculo para la convivencia de las prácticas tradicionales con las occidentales es que la medicina institucional resulta demasiado disruptiva. Por ejemplo: para la concepción de la medicina tradicional, el parto es “caliente”, por lo que hay que atenderlo en un lugar adecuado y evitar que la mujer o la criatura se enfríen durante los siguientes días. Esta creencia hace que las mujeres vivan la atención en las clínicas estatales como peligrosas para su salud, pues las salas y camas obstétricas (de metal) son frías y el sistema de atención las da de alta el mismo día (lo que implica salir a la intemperie). En contraste, la partera tradicional Modesta Lavana describe las bondades del temascal para inducir un buen parto.